lunes, 15 de julio de 2013

Concierto Uriah Heep en el Festival Internacional de Jazz de San Javier

Año tras año el Festival Internacional de Jazz de San Javier apuesta por un grupo de Rock Clásico en busca de contentar a su fiel público, que no sólo busca Jazz.
La ubicación costera de San Javier hace que en las fechas veraniegas se llene de un gran número de turistas ingleses, por lo que traer a un grupo de Rock Clásico británico es siempre una gran apuesta... y si se trata de Uriah Heep es una apuesta sobre seguro.

Uriah Heep nació en el 69, en Londres, y se convirtió en una banda popular no solo en Inglaterra, sino también en el resto de Europa e incluso en Estados Unidos. La grandeza de Uriah Heep está en la variedad musical que encontramos a lo largo de su discografía, en la que podemos encontrar albums más progresivos, más rockeros e incluso muy próximos al Heavy Metal.

La actual formación de Uriah Heep, la que nos visitó en San Javier, está compuesta únicamente por un miembro original, el mitiquísimo guitarra Mick Box, y por dos miembros que llegaron a mediados de los 80s, el teclista Phil Lanzon y el cantante Bernie Shaw. La formación que vimos en San Javier se completaba con Russel Gilbrook a la batería y Davey Rimmer al bajo, sustituyendo a Trevor Bolder, que falleció en Mayo de este mismo año por cáncer. Además... había una pequeña golosina... el gran John Lawton, cantante que estuvo en tres discos de mediados de los 70s con la banda (Firefly, Innocent Victim y Fallen Angel).


El concierto se celebró en el Auditorio Parque Almansa, una ubicación perfecta para conciertos, con una acústica excelente y un gran número de asientos. Cuenta además con un pequeño foso al pie del escenario, que decidieron reservar sólo para fotógrafos con el fin de no molestar a los abonados que estaban en las gradas más bajas y próximas al escenario. Algunos fans accedieron al foso para disfrutar del concierto a pie de escenario y poder tener más cerca a sus ídolos, lo que empezó a ocasionar problemas con el personal de seguridad, que trataba casi inútilmente de apartarlos del escenario. Bernie Shaw se dio cuenta de esto aproximadamente en el segundo o tercer tema que tocaron, y cuando terminó la canción dijo que, pese a que estaban en un festival de Jazz, ellos no hacían Jazz, hacían Rock... y el Rock se escucha y se baila, por lo que animó a todo el público a bajar de sus asientos y ocupar el foso ante la atónita mirada del personal de seguridad.

El concierto no empezó con la famosa puntualidad británica, pero empezó antes de que los que habíamos llegado los primeros para ocupar un buen sitio no empezáramos a impacientarnos.
Como vienen haciendo en todos los shows desde hace años, la encargada de abrir el show fue Against the Odds, un tema muy de corte 'heavylongo' de la era Shaw que hace empezar con fuerza y entrar al público en calor con un juego coral muy dado a ser coreado por los asistentes. .
La sorpresa nos llegó con Traveller in Time, de uno de los discos más famosos del grupo, el Demons and Wizards. Nada más ser presentada, y antes de que una sola nota fuese tocada, el público ya enloqueció con la sola mención del álbum en cuestión. Después llegó el turno de otra de las clásica de la época más progresiva, Sunrise, de otro de los discos 'peso pesado' de Uriah Heep (y uno de mis favoritos) Magician's Birthday. La actuación de Shaw es de sobresaliente. Dinámica, enérgica y sin irse en ningún momento, por lo que nos hizo olvidar, quizás, que las canciones clásicas las cantaba nuestro querido David Byron.
Y otra clásica, que es lo que nos gusta a los fans "old school", Stealin', del Sweet Freedom. Personalmente, al oír el ritmo cabalgante del inicio del tema, se me pusieron los pelos de punta y me arrepentí muchísimo de no haber bajado al foso para bailar y disfrutarlo como se merece. Pero desde la altura de la grada podía ver mucho mejor a Shaw en acción y disfrutar del concierto a otro nivel. .
Un pequeño parón y un momento de diálogo para presentar como se merece al señor John Lawton, que salió vestido elegantemente de blanco, demostrando que la clase no solo la tiene en la voz.
Shaw y Lawton nos presentaron un magnífico duelo de voces interpretando la bonita balada Rain, también de mi disco favorito Magician's Birthday. Decir que este momento fue precioso sería quedarse corto.

Pero el ritmo no podía continuar así, y tras una balada hay que meter algo de caña, así que optaron por interpretar, también los dos a la voces Sympathy, del Firefly (de la era del propio John Lawton), una canción himno que desató la locura de grada y foso.
Shaw dejó todo el protagonismo a Lawton para que se luciera interpretando Free me, del Innocent Victim (otro de los discos en los que participó Lawton). Este tema tiene un estribillo bastante Gospel, y, en ocasiones daban ganas de levantar las manos y dejarse llevar como si estuvieras en una maldita misa con coro de Gospel incluido.
John Lawton se retiró del escenario con todo el público en pie aplaudiendo, y tras este regalito con nuestras golosinas clásicas, Shaw nos recordó que la banda estaba en promoción de su último álbum, Into the Wild, y frenaron y enfriaron a un público sediento de clasicazos interpretando I'm Ready, Nail on the head y Into the Wild, que son tres señores temazos que demuestran que el grupo está vivo y sigue creando buena música. Pero servidora aprovechó este momento para acercarse a la barra a rellenar su cerveza, que una gusta de la música pero también de la cerveza y no puede estar seca en un concierto.
Tras las nuevas canciones... ya me dio el subidón, porque cuando vi que empezaban con Gypsy (tema que jamás de jamases me cansaré de escuchar) del disco very 'eavy... very 'umble, sabía que llegaba el tramo final del concierto... y lo mejor del mismo. Sin dejarnos respirar cambian a Look at Yourself, tema que da nombre a su disco Look at Yourself, y yo, y todos, nos dejamos llevar y sentimos la magia del personaje de Charles Dickens, Uriah Heep, hecho grupo.
Pero lo bueno seguía, y July Morning (también del Look at Yourself) nos llegaba como un regalo de los Dioses en una noche de Julio.

Nos dieron un pequeño respiro, mientras Mick Box se ponía una acústica y Lawton volvía a salir y cogía también la acústica y, antes de que empezaran a tocar, antes de que dijeran la nada... las acústicas solo pueden significar una cosa... y yo ya sabía que era el momento de Lady in Black. Se nota, sin lugar a dudas, que es una de las canciones más populares del grupo y, además, es perfecta para crear un vínculo con el público y hacerle partícipe del espectáculo. Casi me emocioné al ver a TODO el mundo, niños, adolescentes, jóvenes, adultos y personas de avanzada edad corear al unísono los "aaaah" del tema.
Con este éxtasis musical el grupo se despide y abandona el escenario, dejando al público con la miel en los labios pidiendo más y más.
Vueeeelven a salir, y, como novedad, antes de empezar a tocar la siguiente canción piden a todas las señoritas que gusten que se suban al escenario. Unas 25 atrevidas se subieron al escenario, para que luego digan que el rock es cosas de hombres (aquí servidora decidió que era mucho más divertido quedarse en su sitio para ver el show que subir al escenario), y bailaron sobre mientras la banda interpretaba Free n' easy.
Se bajan las señoritas tras tener su momento de gloria, y ya a solas Uriah Heep nos regalan la última canción del espectáculo: Easy Living, una canción que todos los que conocemos los Set Lists sabemos que suelen dejarla siempre para cerrar el concierto y dejar al público satisfecho y pensando que si vuelven, hay que ir a verles de nuevo.

Todas las veces que he ido al Parque Almansa al Festival de Jazz de San Javier me he quedado fascinada con la acústica del sitio... y encima, Uriah Heep tienen un sonido perfecto. No se fueron en ningún momento, se entienden perfectamente sobre el escenario, las voces suenan casi como si fueran Playback... y eso, y la marcha que dan, el buen rollo que se respira... un concierto 10.
No puedo dejar de destacar lo que más me sorprendió del concierto. Desconocía completamente al batería que les acompaña desde 2008, Russell Gilbrook, y me dejo completamente alucinada. Es como si un grupo de hard rock/heavy metal no muy cañero llevara un batería de thrash metal. La fuerza y la energía que le daba Gilbrook a la batería hacía que las canciones entraran en otro nivel. Casi estaba deseando que terminaran las canciones porque al final de cada una Gilbrook se aceleraba y su batería se comía incluso al hipnótico hammond de Lanzon y a la guitarra del señor Box. Es como si hiciera un pequeño gran solo al final de cada tema. Asombroso.

Destaco también a Bernie Shaw, que pese a que prefiero a David Byron me hizo olvidarme completamente de él. Su voz no es tan "perfecta" como la de John Lawton, pero el hecho de que empezara al 100% y terminara al 100%, sin aflojar en ningún momento, sin parar de moverse, sin tomar casi descansos y sin desafinar en NINGUNA PUTA NOTA... esa entrega y esa buena comunicación con el público... eso es de valorar. Cantante 10 y Frontman 10.

La única pega que encuentro, tras mucho pensar que no podía escribir algo sin poner una pega... es que es demasiado corto. Sin teloneros y con el precio tan elevado de la media de lo que suelen costar las actuaciones del Festival creo que podrían haber metido perfectamente dos o tres temas más mínimo. Sobre todo Wizard, que la he visto siempre SIEMPRE en todos los Setlits del grupo... ¿CÓMO NO METÉIS WIZARD ALMAS DE CÁNTARO?

Uriah Heep demuestran que no han muerto y que siguen con ganas de quedarse en los escenarios y hacer, si cabe, de Uriah Heep una leyenda más y más grande.

2 comentarios:

  1. que gran concierto de Heep, yo estuve abajo a partir del momento en que Bernie dió permiso. Si no hubiera sido por eso hubiera faltado algo.
    Con suerte el grupo publicará un official bootleg de ese concierto, por que para eso lo grabaron.
    El hecho de reservar los asientos mas cercanos a los abonados me pareció un error impresionante, es decir, los aficionados al jazz y no a Uriah Heep cerca, y los fans que han comprado la entrada solo por ver a Heep en el quinto infierno. Al aficionado al jazz le importa un carajo Heep, solo siente curiosidad. Yo hice bastantes kilometros por ese concierto.

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  2. Completamente de acuerdo, Kelso.
    Otro error fue que para los que compramos las entradas por internet con antelación no había numeración y en cambio para los que las compraron en taquilla se les dió una entrada numerada en zona de abanonados.

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